NEVERAS DE PIEDRA
Localización: Se sitúan dentro del término municipal de Sacedón, una de ellas en la zona de La Isabela; otra cerca de la carretera N-320 y otra cerca del embalse de Entrepeñas.
También llamadas “pozos de nieve”, son unas curiosas edificaciones que fueron destinadas a producir hielo para usar durante el verano en la conservación de alimentos, a partir de la nieve caída y guardada en algunos escasos días del invierno. De estos edificios, populares cien por cien, han quedado muy pocos ejemplares en toda la Alcarria. Pero en Sacedón tenemos la suerte de contar con algunos magníficamente conservados. El más llamativo, mejor conservado, y accesible, es el que se encuentra a la izquierda de la antigua N-320, pasado el Camping. Construido con mampostería de piedra caliza, se trata de un edificio hueco que tiene una altura de seis metros y se cubre de una bóveda puntiaguda que le confiere un aspecto cónico al exterior. Las piedras del interior se unen con capa de yeso compacto. Este espacio tiene dos huecos de entrada, de 1,60 metros de altura y 90 centímetros de ancho. El interior era una especie de hondo pozo, de diez metros (a veces llegaba a tener 15 metros) de profundidad. La utilización de las neveras era así: desde el exterior, por los vanos, se echaba en paladas la nieve. Era la que había caído en las cercanías, o la que se traía desde los altos en carros y caballerías. En documentos de La Isabela se nos dice que hacían charcas de agua al lado del río para que se helaran. Otros dos hombres, en el fondo del pozo, iban extendiendo y apisonando la nieve formando un gran bloque macizo. Por cada medio metro de espesor de la nieve helada, se le ponía una capa de paja, que al hacer de aislante, conservaba definitivamente la nieve a baja temperatura. En el verano, cuando se necesitaba el hielo, volvían a bajar un par de vecinos, extrayendo el hierro a golpe de pico, metiéndolo en un serón y avisando para los que estaban fuera lo sacasen. Este sistema de polea subiendo y bajando el serón con nieve y hielo, pendía de un palo central atravesado en la bóveda. Las operaciones se hacían durante la noche, o al amanecer, para evitar el deshielo. Otra nevera existió en Sacedón, situada en el paraje de “La Olmedilla”, y que ahora se ve cuando bajan las aguas del embalse. Está también muy bien conservada. Finalmente existe otra en el término de La Isabela, según los documentos que se conservan fue construida en 1830, para atender las necesidades de hielo en el balneario, durante el verano. La llamarón “Pozo de la Nieve” y estaba en la parte más alta de la población, a 1,5 Km del caserío, en “Las Majadillas”. Consta de “un vaso cilíndrico de fábrica de mampostería cubierto por una bóveda hemisférica”. También se conserva hoy en día, en perfectas condiciones.